Barbara Fredrickson en la Universidad Complutense de Madrid
El pasado lunes 11 de abril el equipo de PositivArte fue de los afortunados que escucharon en vivo y en directo a una de las principales referentes de la Psicología Positiva a nivel internacional: Barbara Fredrickson.
La experta en emociones positivas compartió con los asistentes los últimos descubrimientos de su equipo de investigación, el Positive Emotions and Psychophysiology Laboratory de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
En algo más de una hora que duró su conferencia en el salón de actos de la Universidad Complutense de Madrid, expuso nuevos descubrimientos que aportan información relevante sobre la relación entre las emociones positivas y la salud.
Con el título “Biological Underpinnings of Positive Emotions & Purpose” presentó datos de sus investigaciones recientes. En concreto, habló de cómo las diferencias individuales biológicas de la expresión génica del sistema inmune, del sistema de la oxitocina y el tono vagal cardiaco modulan en cierta medida nuestras emociones positivas y sentido vital o propósito.
Una de las revelaciones más interesantes de sus investigaciones con medidas de la expresión génica del sistema inmune y la respuesta del tono vagal, es que el sentido vital parece tener una relación más directa con la salud que las emociones positivas. Los resultados sugieren que éstas influyen en nuestra longevidad en la medida que apoyan o construyen nuestro propósito o sentido.
En su afán por conocer el puzle que compone la relación entre emociones positivas y salud, ha trabajado con la hipótesis que planeta la existencia de una espiral ascendente de influencia recíproca entre ambas. Datos de sus investigaciones parecen aportar información a favor de esta idea. Las personas que practican loving kindness meditation incrementan su nivel de emociones positivas y estas a su vez influyen en la respuesta del tono vagal cardiaco. Parece que en este caso, el mecanismo que media entre las emociones positivas y la salud es el incremento en la percepción de nuestras conexiones sociales.
Fredickson indicó que con frecuencia la investigación relacionada con la genética ha mostrado los efectos negativos de tener o no ciertos genes, sin embargo, es menos frecuente aquella dirigida a señalar los efectos de la interacción entre la expresión génica y el contexto. El equipo del PEP (Positive Emotions and Psychophysiology Laboratory) ha visto que las personas que practican Loving Kindness Meditation y tienen un sistema de oxitocina más activo, puntúan más alto en la medida de emociones positivas que aquellas que no tienen esta variabilidad biológica. Este estudio es especialmente interesante porque los efectos fueron significativos para este tipo de intervención y no así para quienes practicaron Mindfulness, que se diferencia de la otra meditación en ser más individual y menos social. La evidencia indica que aunque las intervenciones en Psicología Positiva se han creado igual para todos, su eficacia varía según las diferencias individuales biológicas de quienes las practican. Eso abre la posibilidad de diseñar y proponer intervenciones eficaces en base a dichas diferencias.
Fredrickson cerró la sesión igual que la inició, con agradecimientos, y terminó diciendo que no tenemos el puzle que explica la relación entre la salud y las emociones positivas, pero ya contamos con algunas de sus piezas.
Si quieres disfrutar de su interesante conferencia, puedes hacerlo aquí.